Hoy por hoy, la seguridad de los datos tiene muchas aristas a tener en cuenta. No es solo tomar algunos documentos y guardarlos en una “caja fuerte” o asegurarse tener backup de todo, sino que hay que establecer una política de seguridad bien planificada y sostenible en el tiempo para que sea efectiva.

Son muchos los factores a tener en cuenta y la administración de contraseñas , roles y permisos es una de las más importantes. Este punto, muchas veces, se va flexibilizando a lo largo del tiempo pero es necesario sostener y respetar las reglas más básicas: claves robustas, responsabilidades claras y permisos bien asignados para que cada persona o grupo tenga acceso y sea responsable sobre lo que le corresponde.

Tener copias de resguardo, ya sea en soportes físicos (como discos externos, por ejemplo) o en la nube, es una práctica siempre recomendada. Para que sea realmente útil es necesario tener una política clara de periodicidad que variará en función de cada caso particular, tipo de negocio, tamaño de la base, etc. En líneas generales, se suelen hacer copias totales de los datos un par de veces al año y otras con mucha más frecuencia de los movimientos críticos de la operatoria cotidiana. 

A estas prácticas básicas debe sumarse la utilización de antivirus y firewalls confiables y siempre actualizados, además de mantener al día los distintos softwares utilizados por la empresa que constantemente van solucionando y mejorando temas vinculados con aspectos de su seguridad.

Día a día se conocen cada vez más casos de hackeos o delitos informáticos que ponen en riesgo los datos de una empresa y de sus clientes. Estos ataques pueden traer graves perjuicios económicos pero, además, van generando desconfianza de los consumidores… que en definitiva también traerá perjuicios económicos. Por esto es trascendental tomar con seriedad la responsabilidad que se asume al manejar datos sensibles de los consumidores porque puede ser decisivo en el éxito de un negocio.